Hipocresía.
1. f. Fingimiento de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan.
Nos visitó la “ministra, Elena”, tenia ganas de acudir, pero no quería ver caras de mala leche, además viendo en la TV del pueblo, tvazuqueca, digo, el discurso de nuestro jefe y Alcalde, me alegré de no estar presente, no sé si hubiera aguantado callado.
Todos dais por conocido la desfachatez del político, grande o pequeño y la facilidad o diferencia entre predicar y dar trigo. Sí, no lo neguéis, todos somos muy listos y sabemos que los políticos nos engañan, que dicen… “Pío, pío, pío” ¡¡ ah!! Que esos son los otros, los de derechas, pues ¿no habíamos quedado en que todos eran iguales?
Pero compañeros, otra cosa es sufrirla en primera línea. Claro, como políticos cualquier cosa, palabra u omisión, se la llevan a su terreno, es decir la política. No pueden entender la critica desde otro punto de vista que no sea el suyo, vamos que si le dices a un político que es gilipollas, automáticamente, piensa que eres su enemigo político y a otra cosa, ni se le pasa por la mente pensar que lo mismo es un tremendo gilipollas -cuidado, que conozco a personas que encajan con esta definición y de tontos ni un pelo , que son los peores- aparte de su particular sentido político, vamos que se puede ser un gilipollas de derechas o de izquierdas pero simplemente eso, sin tener que tocar la dichosa política.
¿Cómo se puede engañar tan descaradamente, y encima medrar políticamente? Sencillo amigos, ese es el quid de la cuestión, parece ser, que para subir peldaños es necesario contar con la suficiente caradura como para decir en público exactamente lo contrario de lo que realmente piensas. Es más, decir que se tiene que hacer justo lo contrario de lo que tu haces, ese es el gran político, salvo eso sí, si contadas excepciones, que haberlas ahilas. Como aquel que dijo que sacaría las tropas del país invadido y las sacó, con un par, o aquel otro que, imputado, estaba deseando contar la verdad al juez y salio del juzgado imputado, de manera que le contó la verdad ¿no? y tan feliz repartiendo sonrisas mas o menos forzadas y escuchando lo de “tío Paco ,tío Paco”. ¡Joder, qué escuela para el futuro!
Luego a otros niveles están los mezquinos y mezquinas, como aquella concejala que ascendida, se rasgó las vestiduras en una reunión al enterarse de que muchos alcaldes no reconocían como trabajadoras de pleno derecho a las compañeras de los recursos asistenciales realacionados con su cargo, delante de su superior jerárquico se hacia cruces y se proclamaba como fiel defensora ante tamaña injusticia que, desde su nueva poltrona ella, personalmente se iba a encargar de poner las cosas en su sitio ¡¡ habrase visto!!, imaginad la cara de tontas que se les quedaron a algunas, que conocían el percal ¡joder, a Dios rogando y en su propio Ayuntamiento, con el mazo dando!
Lo que está claro es que se puede mentir con una facilidad pasmosa, entre otras cosas por que no entienden que están mintiendo. Ojo, que la cosa es peliaguda, si tú hablas de algo que .A- no conoces. B- te importa un huevo. C- son sindicalistas de mierda. D- encima te crees que tienes razón. E- los que te rodean, que van a lo suyo, no te cuentan que estas metiendo la pata. F- tus miras, personales están mucho mas lejos .H- tu tiras p’lante aprovechando el momento de crisis que te viene que ni pintado y dejas la casa sin barrer y tu cama como la de un loco, y el que venga detrás que se joda.
Si a esto añadimos los estómagos agradecidos, los cobardes, los que para que meterse en líos, los preocupados por mantener una extraña estabilidad económica, los y las novias de concejales (que siempre son las/los que mejor hacen todo) ciertos técnicos que establecido el estatus quo no tienen ningún interés en levantar su propia mierda, y si es posible joder a ambos contendientes a partes iguales, aunque claro no es lo mismo joder al que cobra 1000 eurillos al mes, que al que cobra 3000 ó más, mas dietas, desplazamientos, algún viajecillo que otro, comisiones, plenillos etc. Pero bueno, mientras estos están de uñas yo me lo paso mejor que cuando se hizo Alcalde a uno de mi partido, muchacho que manera de dar palmas y saltitos… quita, quita.
Sigo sin entender como hemos llegado a esta situación, no era necesaria en absoluto. Solo a una cosa se la puede atribuir: el clan, poder, (con minúsculas) ansias de control, quizás el ajedrecista equivocó la estrategia, no contó con la gente que cree en la colectividad, y su defensa no le encaja en sus esquemas mentales. Aún se podía arreglar, pues de lo contrario, la cosa puede derivar en algo que supera la línea de lo anormal, cada vez cuesta mas apaciguar los ánimos de los que se ven impotentes ante las burradas y desprecios al personal, y acaso se aproxime la hora de demostrar quién es el verdadero culpable y quién es el que no sabe ejercer al nivel que se le empieza a presuponer.
Todo político que se precie sabe que para encumbrarse debe dejar muchos cadáveres en su camino, sabe que tienen que estar bien muertos, pues nunca se sabe con que otras amistades contaban los difuntos, cuánta gente les quería y apreciaba, cuántos compañeros aguardaran para devolver cuando más duela la ofensa cometida. Lo inteligente algunas veces es dejar que las aguas vuelvan a su cauce, que las cosas no lleguen a extremos de difícil vuelta…total, mas vale un enroqué a tiempo, que joder una partida que tarde o temprano se volverá en contra de ciertos intereses…personales.
De lo que no hay duda es que en una ONG, se pueden aprender muchas cosas, lo primero, de quien rodearte, lo segundo a tapar los líos y callar conciencias, ¡anda! ¿Pero es qué no es lo mismo que llevar un ayuntamiento con casi 400 trabajadores y trabajadoras?, pues yo pensaba que más o menos era igual.
Pues no, entre cuatrocientos ¿cómo no va a haber algunos/as contestones/as y testarudos/as, luchadores/as, fieles y “fielas”, honestos/as y los peores idealistas y “idealistos”? joder aún quedan tontos de esa calaña, pues a la hoguera con ellos.
Hipocresía: Fingimiento y apariencia de cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen o experimentan. Dícese comúnmente de la falsa apariencia de virtud o devoción.
Fdo. El avispón Cojonero. (Os lo imagináis), que dolor...