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12/07/2009
Entrevisa a David Pinillos Arranz, Secretario Provincial de UGT en Guadalajara
«Algunos están tratando de recortar logros conseguidos hace más de un siglo»
PAZ RUIZ UTRILLA
¿Qué le llevó a decantarse por optar a la Secretaría provincial de UGT?.
Ha sido una especie de cúmulo de circunstancias. Cuando estás metido dentro de este mundillo te van surgiendo oportunidades. Cuando Hilario hizo público que lo dejaba y Luis Notario que no tenía ninguna intención de presentarse me lo propusieron desde la Federación de Servicios Públicos. Al final decidí dar el paso adelante después de sopesar todo lo que conlleva porque es un poco cambiar de vida. Pasas de estar compatibilizando la vida laboral en el Ayuntamiento de Azuqueca, donde he estado 20 años, con la actividad sindical a decantarte esta última.
¿Qué acogida ha recibido por parte de los afiliados?
De momento buena y pausada. Inicialmente por los representantes en el Congreso. Desde la toma de posesión he tenido que recorrer más Guadalajara y he recibido mucho cariño. Ahora es época de felicitaciones pero condicionadas, porque van acompañadas del recordatorio de la responsabilidad que asumes.
¿Cómo afronta este nuevo reto al frente del sindicato?.
Es difícil, pero es una decisión mía. Entiendo que hay situaciones bastante más difíciles en el panorama laboral actual, por ejemplo, la gente que se ve obligada a cambiar de vida y no ha sido por decisión suya, porque una empresa deja de funcionar y de la noche a la mañana te ves en la calle. Ésta es una decisión que asumo con sus pros y sus contras, pero voluntariamente. De momento la afronto con ilusión y con un buen equipo detrás.
Durante su toma de posesión afirmaba usted que hay un amplio campo de lucha por delante, y es en estos momentos cuando es más necesario la unión general de todos los trabajadores a través de todos los grupos y los sindicatos. ¿Se dan las circunstancias necesarias para esa unión?
Creo que es primordial. Inicialmente desde los dos sindicatos de clase con el peso específico que tenemos en nuestra provincia, y sobre todo en momentos de dificultad extrema como el actual, es más necesario que nunca que vayamos de la mano, dejemos al margen posibles rentabilidades sindicales y hagamos frente común. Ya no sólo los sindicatos, sino todas las fuerzas de progreso y todos los que ostenta algún tipo de responsabilidad. En estos momentos hay que hacer piña, ser conscientes de que todos tenemos que tirar de la cuerda para reactivar la economía y de que al final en el beneficio común de todos habrá que ver los posibles beneficios más individualizados. Es importante mantener la unidad que se veía en los primeros años de democracia. El problema, a día de hoy es que estamos viendo que mientras unos ponemos la carne en el asador por conseguir esa unidad otros parece que están tratando de conseguir otra clase de rentabilidad política e incluso económica.
Comentaba también que queda mucho por hacer y que se pondría a trabajar de inmediato. ¿Por donde ha empezado?
De momento no he tenido ni tiempo de parar, porque aquí uno llega y se sube un poco a un tren en marcha con la actividad en todas las Federaciones, con muchos frentes abiertos... He ido intentando compatibilizar la gestión del traspaso de competencias y no dejar de atender a quien llame a la puerta, además de conocer a todos con los que, de algún modo u otro, voy a tener que trabajar, desde la jefa de Inspección de Trabajo, el delegado de la Junta o la de Trabajo... hay que conocerse porque vamos a estar trabajando mucho tiempo juntos. En esa línea va todo, junto con múltiples reuniones regionales.
Llega usted al cargo en medio de una de las peores crisis económicas que ha vivido España en su historia reciente. ¿Es peor la situación que en el resto del país?.
La situación en Guadalajara es la que es. En algunos casos se venía anunciando desde los agentes sociales que iba a suceder tarde o temprano por la precariedad del empleo y el peculiar tejido productivo de la provincia, basado en el sector servicios y la construcción... Al final, cuando se resquebraja un sistema económico, como ha sucedido, aunque sea a nivel mundial y por otro tipo de circunstancias, parece que hay empeño por parte de algunos en que terminen pagando el pato quienes menos culpa tienen, que además son quienes mas directamente los sufren, que son los trabajadores. En Guadalajara venimos de una situación complicada: la deslocalización de empresas es algo que se viene produciendo desde hace mucho tiempo atrás y lo que en un tiempo era conocido como una zona industrial poco a poco se ha ido desindustrializando y se ha quedado en un paraíso de la logística. Si queremos ser optimistas tenemos que ser conscientes de que tenga reactivación económica por lo menos el sector logístico. El sector servicios suele ser el que más rápido empieza a reaccionar en esos casos. De momento la situación es complicada. Hay que priorizar a los que peor están en estos momentos, como los parados que no reciben prestación.
Pensando en ellos el Gobierno regional ha puesto en marcha su Plan de Choque. ¿Cómo está funcionando?.
Estamos tratando de poner énfasis en él, porque a día de hoy Guadalajara es la provincia en la que menos solicitudes se han realizado y única y exclusivamente por parte de instituciones públicas: Diputación y ayuntamientos, y no todos. El sector empresarial todavía está siendo reticente a todo esto. No se entiende, por qué se les facilitan contrataciones a coste cero o muy bajo y sólo está tirando del carro la administración. El número de tarjetas que se han solicitado por parte de los trabajadores sí entra en consonancia con el resto de la región. Lo que no lo hace es el número de contratantes: estamos a la cola de la región, prácticamente en un 50% menos que la otra provincia con menos solicitudes. Ahora tenemos poco más de 400 solicitudes en Guadalajara y Cuenca se acerca a las 1.000, pero estamos a años luz de las más de 2.500 de Ciudad Real. Hasta hace tan sólo dos años se hablaba incluso de situación de paro técnico en la provincia... ahora caminamos hacia los 20.000 parados, según han anunciado desde los sindicatos Se avisaba ya entonces de que era una situación ficticia. Se hablaba incluso de pleno empleo, pero decíamos que era en precario. Éramos conscientes de que en el momento de que se deshinchara el globo de la construcción o hubiera resentimiento económico había peligro. Este temor se ha convertido en certeza. Es complicado porque al carro se han ido sumando empresas con Expedientes de Regulación. Entendemos que si hay que variar esto es en base a la formación, a Investigación y Desarrollo y explotar otras vías en una provincia tan rica como Guadalajara, a través del desarrollo sostenible, apoyándose en el medio ambiente y llevando ese desarrollo a otros puntos de la provincia que lo están reclamando. De momento el principal condicionante es el económico y eso trasciende al ámbito internacional. Todavía hay que poner mucha carne en el asador para salir adelante.
Esta semana es clave en las negociaciones entre patronal y sindicatos. A pesar de que hace unos meses dijo que no lo harían, Ceoe pide ahora rebajar las cotizaciones y abaratar el despido. Ante esta disyuntiva, ¿Cree que está en peligro el diálogo social?.
Yo me hago eco de las declaraciones de Toni Ferrer, que es muy contundente en sus declaraciones. Viene a decir que todo el mundo va a tener su cuota de responsabilidad. Yo insisto en que no se puede tratar de que los que más están sufriendo la crisis económica sean al final los que terminen pagándola sobre todo a costa de determinadas flexibilizaciones en el plano laboral. A día de hoy ya se está demostrando que son lo suficientemente flexibles como para que se produzca la cantidad de EREs que tenemos y con las consecuencias que está teniendo para la parte más débil, que es el trabajador.
¿Crisis como estas pueden hacer poner riesgo los derechos adquiridos por los trabajadores en los últimos años a base de lucha obrera?.
Yo hablaría de décadas. En mi toma de posesión hacía referencia a que el próximo mes de agosto UGT cumple 121 años de existencia. En su primer congreso uno de los primeros temas de debate era reivindicar una jornada laboral de ocho horas. A día de hoy sólo falta echar un vistazo a la prensa para ver qué se está pidiendo desde la patronal y desde otros foros internacionales. Está claro que ante eso nuestra postura tiene que ser inflexible, porque algunos están tratando de recortar logros conseguidos hace más de un siglo. Hay que decir que no con toda la fuerza posible. En ocasiones se critica la falta de movilización que desde los sindicatos se promueve en la calle. ¿Cree que podríamos asistir en los próximos meses a un mayor número de movilización por parte de los trabajadores, e incluso a huelgas generales, como ya sucediese en anteriores crisis?
La situación que hay es la que es. En los últimos 15 días he estado en tres ocasiones manifestándome en las calles de Toledo con tres colectivos distintos sólo en cuestiones regionales: el conflicto de las lavanderías del Hospital, el de las residencia y el de Promecam, que os afecta a los trabajadores de La Tribuna. Cuando ha habido que estar se ha estado en la calle reclamando a quienes entendíamos que era responsable de todo ello. Recientemente los compañeros del metal se han encerrado por su convenio... Lo que yo tampoco entiendo es que se vaya a pedir peras al olmo y alguien tenga que reclamar una responsabilidad económica a quien no la ha provocado, que es lo que se apunta y se pretende desde otros sectores. Nosotros cuando hemos entendido que hay que ir a reclamar lo hemos hecho. En cuanto a una huelga general, se están produciendo reuniones de los agentes sociales. Está claro que no se puede pedir que pague alguien por lo que no ha provocado. No se nos puede achacar que no estemos cruzando de brazos. Se acaba de referir al conflicto que estamos viviendo las cabeceras de La Tribuna en Castilla-La Mancha, con un ERE que implica el despido de 78 trabajadores y la desaparición de dos cabeceras, entre ellas la de Guadalajara. Es sólo un ejemplo, el más llamativo por el número de trabajadores que nos vemos afectados, de cómo está viviendo la crisis el sector de los medios de comunicación. Usted, que además forma parte del ‘gremio’ como técnico de sonido de radio ¿Cómo está viviendo esta situación?
Es complicado. Tal vez ahora toca hablar de La Tribuna por la situación que está viviendo, pero no se puede olvidar la reducción a la mitad a principios de año en Guadalajara 2000, la situación de Televisión Guadalajara o Nueva Alcarria, entre otras... La situación es complicadísima, pero en cierto modo se veía un poco vislumbrar. Si seguimos la trayectoria histórica de la prensa en Guadalajara, vemos que no hace muchos años los medios se contaban con la mitad de los dedos de una mano. Todos somos conscientes del volumen de prensa que se vende en la provincia y de la atención que se tiene a los medios de comunicación. Si a todo esto le añadimos que ahora todo el mundo utiliza otros medios de comunicación como internet y que el papel va cayendo en el olvido, se llega a una situación que en cierto modo se podía prever. El sustento económico de estos medios venía de la construcción y de la publicidad que llegaban de las instituciones. Cuando llega un momento de recesión económica todo el mundo empieza a recortar y los intereses cambian. Al final termina rebotando en quienes menos culpa tienen, que son los que se quedan en la calle de un día para otro, en este caso los compañeros de los medios que están atravesando por esta situación en una provincia en la que nunca se ha podido hablar de trabajo en condiciones. La situación siempre ha sido precaria.
A modo de conclusión, ¿Qué espera de estos próximos cuatro años al frente de UGT ?
Lo que espero es que el equipo que he compuesto y me rodea me apoye, porque probablemente el secretario es el que más se ve, pero el que menos aporta, o el que aporta otro tipo de condicionantes. Por debajo está el resto de trabajo de la ejecutiva que me acompaña, que aúna gente con experiencia en otros ámbitos. Está el trabajo de las distintas federaciones, de los comités, de los delegados y de los afiliados de a pié, porque al final todo el mundo tiene algo que aportar. Un poco envolviendo todo esto al que le toca ejercer de símbolo, como de manos entrelazadas, soy yo, pero es trabajo de todos.