domingo, 7 de marzo de 2010

EN RECUERDO DE SILVIO ROJO





Carta abierta

Damos las gracias a todas las personas que han solicitado que el nuevo centro escolar de reciente construcción en Azuqueca lleve el nombre de Silvio Rojo, nuestro marido y padre, recientemente fallecido.

Descubrimos en esta petición una muestra de respeto, cariño y reconocimiento para quien, con su trabajo ejemplar, ha dejado una huella plena de luz y de fuerza en nuestra familia y en un gran número de compañeros profesores y de alumnos que, a lo largo de más de cuarenta años, le trataron y recibieron de él el don inmenso de la amistad, la cercanía y el cultivo de la trasmisión de conocimientos y de valores que hacen mejor y más digno al ser humano.

La ausencia de Silvio ha dejado un hueco muy grande en nuestra vida que vamos llenando con el recuerdo animoso de su comportamiento y con la satisfacción experimentada por el regalo de su existencia a nuestro lado. Esta atención generosa de tantas personas para Silvio n

os sirve de bálsamo amable en los días duros que estamos viviendo.

Queremos hacer llegar a todos nuestro aprecio por el detalle de fijarse en la persona de Silvio y les trasladamos también el compromiso de amistad como fidelidad a la memoria de nuestro esposo y padre. A ellos les decimos que permanece vivo su ejemplo como emocionado homenaje y como urgente llamada a hacer un esfuerzo por conocernos, respetarnos y buscar un mundo de tolerancia y de paz. Confesamos que en nuestro esposo y padre se cumplen en plenitud las palabras del poeta Blas de Otero: “Si muero, que sepan que he vivido luchando por la vida y por la paz”.

María Justa Redondo, Leticia Rojo, Silvio Rojo y Rodrigo Rojo

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