la huelga del martes, una prueba de fuego
Los sindicatos se la juegan en la huelga del martes
La protesta contra la reforma laboral choca con la desmovilización de los trabajadores y el cansancio por los reiterados paros en los últimos años
27.06.10 - j.l.galende@diario-elcorreo.com
BILBAO.
Los sindicatos vascos afrontan el próximo martes uno de los retos más difíciles y trascendentales de sus tres décadas largas de legalización. La llamada a la huelga general contra el recorte de derechos de la reforma laboral aprobada por el Gobierno de Zapatero el pasado día 16 pone a prueba su capacidad de movilización de los trabajadores, su prestigio en la sociedad, su poder en los centros de trabajo y su influencia en la esfera política. Con sólo dos semanas de tiempo para preparar la protesta -la primera de ese tipo contra el presidente español-, es una creencia generalizada que las centrales se la juegan en esta convocatoria porque un hipotético fracaso mermaría su credibilidad y rebajaría el respeto que amplios colectivos sociales y políticos les profesan.
Pese a lo que arriesgan en el envite, la decisión de impulsar la medida de presión más extrema que puede aprobar un sindicato no ha presentado otras dudas que la del momento más oportuno para convocarla. La coincidencia en que no había otra alternativa es unánime en todos los sectores de izquierda. La mayoría que comandan las centrales nacionalistas ELA y LAB ha optado por acercar la protesta al momento en que se ha producido la 'ofensa'. De la misma opinión ha sido CC OO de Euskadi, mientras que las confederaciones de esta organización y de UGT han optado por esperar al 29 de septiembre para plasmar su repulsa en una estrategia diferente.
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