miércoles, 9 de junio de 2010

CARTA ABIERTA DEL PROFESORADO ENCERRADO EN EL C.P DIEGO DE ALMAGRO, DE LA LOCALIDAD DE ALMAGRO

FUENTE: EL DIGITAL DE CASTILLA LA MANCHA 

En Almagro, a 7 de junio de 2010.

Señor Presidente:

Somos los y las docentes de su país y nos dirigimos a usted para hacerle partícipe de nuestro disgusto y oposición ante las medidas de recorte que nos ha impuesto, para resolver una situación acuciante que, como usted bien sabe, nosotros/as no hemos generado.

Sr. Presidente, los docentes somos un colectivo silencioso y pacífico pero crítico cuando el poder se ejerce arbitraria e injustamente. Revise usted la memoria histórica y al aplicar la proporcionalidad del paso del tiempo, podrá comprobar cómo sus medidas en materia económica y de educación arrojan a "la cuneta laboral y social" a nuestro colectivo. Sería absolutamente necesario un gran pacto en Educación, pero los/as docentes hemos perdido ya esa esperanza, después de comprobar lo que para usted son los pactos firmados.

Sr. Presidente, los y las docentes somos la fuerza humana del motor social. Todo lo que usted supo al finalizar sus estudios, lo adquirió a partir del esfuerzo y empeño que pusieron en usted sus maestros y maestras que, a buen seguro, dedicaban buena parte de su tiempo libre a planificar, corregir y pensar en cada uno y una de sus alumnos y alumnas, buscando, además de la educación y la formación, todos aquellos valores de equidad, ecuanimidad, igualdad, interculturalidad, cohesión social, sostenibilidad… Hoy día aún nos exige usted más de todo: más contenidos, más paciencia, más esfuerzo, más autocrítica, más calidad, más áreas, más evaluaciones, más prisa, más responsabilidad, más documentos, más tecnología, más talante democrático, más, más y más. Todo ello con muchos menos ingresos, menos autoridad, menos respeto, menos valoración, menos apoyos… menos, menos y menos.

Sr. Presidente, los y las maestros/as hemos practicado históricamente la alianza entre civilizaciones. Somos los que ponemos cada día la otra mejilla en nuestras mediaciones por el bien general y en las que siempre desagradamos a alguno de los actores de los desencuentros.

Sr. Presidente, no somos un número de registro personal, somos pilares de nuestras familias. Hemos visto pasar la prosperidad y el derroche a nuestro alrededor, mientras nuestras subidas se hacían con cuentagotas o las gotas se quedaban congeladas.

En nuestras familias lloverá su recorte sobre lo ya mojado. No sólo porque hemos perdido gran poder adquisitivo con todos los gobiernos, (consulte a sus asesores), sino también porque el desempleo ha llegado a nuestros hogares, sumándose así a las familias monoparentales que han de hacer frente a todo con un sueldo recortado. Sr. Presidente, se aproxima el día en el que los maestros y las maestras de hoy ya no podremos ofrecer a nuestros hijos e hijas estudios superiores, pero usted pasará a los manuales de historia como el artífice de esta ironía.

Sr. Presidente, usted en su periodo educativo perdió algunas clases en las que sus maestros y maestras enseñaban valores como los de no abusar del poder con sus trabajadores y trabajadoras; a no hacer recaer sobre los inocentes los abusos cometidos por otros; que debemos ser coherentes y consecuentes con nuestros compromisos… ¿Qué ejemplo debemos escoger para transmitir a nuestros alumnos/as en la Educación para la Ciudadanía? Si los/as discípulos/as son la mejor biografía de un/a maestro/a, tiene usted una asignatura pendiente que no deja en buen lugar a aquellos/as que tanto se esforzaron para que usted fuera el Presidente.

No se convierta usted en el ejemplo a seguir por los empresarios. Recuerde a su maestro/a preferido/a y las palabras que con seguridad le diría, que no es lícito ni digno abusar de los más pequeños e indefensos.

Los/as docentes puede que no entendamos de macroeconomía, tanto como usted y la Sra. Ministra, pero la ética la dominamos y practicamos a diario. Cada día respondemos a preguntas de nuestros/as alumnos/as que en muchas ocasiones afilan los interrogantes. Nos preguntamos: ¿Cuánto dinero supondría la renuncia a todos los sueldos vitalicios de todos/as los/as políticos/as de todos los gobiernos? ¿Quién será el primer político/a que renuncie a esa estupenda jubilación anticipadísima?

Sr. Presidente, aún está a tiempo de rectificar, recuerde que sólo los ríos están condenados a seguir el cauce y no regresar al venero que les vio nacer.

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